lunes, 19 de diciembre de 2011

Soy fan de tus caderas

“¡Ahí está!”, gritó Ivan y Wendy corrió hacia él con una cámara fotográfica en la mano. No entendía que ocurría pero asumí que era algo importante. Tal vez llamarlo importante sea mucho decir, pero sus rostros transmitían una emoción que nunca había visto en ellos. Los seguí mientras les preguntaba qué estaba sucediendo. Ambos ignoraron mi pregunta, como si no hubiese tiempo de contestarla. Bajamos por las escaleras, ya que la impaciencia no les permitió esperar al ascensor.
Llegamos al lobby del hotel. “¡Tómame una foto con ella, por favor!” le dijo Ivan a Wendy. Entonces pude ver de quien se trataba. Era nada más y nada menos que… Sabía quién era pero no podía recordar su nombre. “No esperábamos encontrarte aquí. ¿Podemos tomarnos una foto contigo?” casi gritaron en coro. Ella nos brindó una sonrisa amplia y respondió que sí.
Me rehusé a compartir el momento tan emotivo de mis amigos, porque en realidad, no soy fan de la serie que ella coprotagoniza. Ni siquiera la veo. Aunque me es imposible negar que el personaje que Magdyel Ugaz interpreta en la serie “Al fondo hay sitio” resulta simpático. ¿Quién podría olvidar a Teresita y sus grandes caderas?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Sigue siendo el rey?

En el año 1985, la campaña electoral peruana tuvo un protagonista guapo y elocuente. Se trataba de un abogado aprista que logró con su carisma atraer a los votos de la mayoría. Sus casi dos metros aumentaban su presencia imponente en un mitin. Era un rostro joven, nuevo y fresco. La sonrisa amplia, radiante acompañaba a dos ojos que sonreían también. El corte de cabello característico es el mismo que lleva aún hoy: recortado en los lados y un poco más largo en la frente. El perfil de galán de telenovela de los ochentas se tradujo en el 53% de los votos. Y es que muchos peruanos atribuirían luego su éxito a las miles de votantes engatusadas por la gallardía del candidato. Alan García, el presidente con la oratoria más rimbombante y torpe a la vez, fue el presidente más joven y guapo del Perú, para nuestras abuelas y madres, probablemente.
¿Quién diría que este galanazo enamorador es ahora un señor regordete? Dicen que la altura de una persona disimula sus kilitos de más, pero en el caso de nuestro ex Presidente no le ayuda en nada. De repente porque son muchos kilos de más. El rostro joven y fresco, se ha escondido detrás de un rollito que se asoma por debajo de la barbilla (papada, le llaman). La sonrisa sigue ahí, aunque ni tan radiante ni tan amplia. El peinado es el mismo, pero cada vez más gris. Luego de su último mandato en el 2006, su barriguita no ha dejado de crecer. Sin embargo, en el fondo permanece la esencia del Alan que el Perú conoció en el ’85: un “caballo loco” que, entre el “teteo” y el perro del hortelano, no deja de sorprendernos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Palabras, palabras, palabras

Miguel empieza su día, como todos los demás días de su vida. Hoy tiene que escribir una crónica sobre cierto conflicto armado en alguna parte del universo. Una pregunta lo levantó esta mañana. No ha dejado de dar vueltas en su cabeza toda la noche. Aún no decide como abordará el tema, si contar o no aquello que pocos como él saben y no se atreven a denunciar. Las fuerzas armadas del país en conflicto no solo matan a los subversivos, sino también a gente inocente. El riesgo es grande y no garantiza que le vayan a creer. Miguel no confía en la fuerza de la palabra escrita.

¿Qué se necesita para cambiar el mundo? ¿La posibilidad de escribir sobre lo que creemos o sabemos? ¿Es suficiente eso? Evidentemente, no es suficiente pero sí contribuye en gran medida. La historia nos ha demostrado que la palabra tiene poder. Por eso, el surgimiento de la imprenta fue acompañado de la censura. Por eso, periodistas y escritores han contribuido a cambiar el mundo con sus escritos. Por eso, antes solo los poderosos sabían leer y escribir. Creer que la palabra escrita tiene un poder innegable es la utopía de todo aquel que escribe y es leído por otros.

“La escritura sólo raras veces, en casos excepcionales, influye en la gente. Y, en el transcurso de la historia, no lo hace de forma directa, radical y de inmediato” diría Ryszard Kapuscinski. Lo importante es tenerle fe, porque los resultados no serán rápidos. Mucho menos en esta era en que la información viaja velozmente y las personas somos bombardeadas constantemente con palabras que poco a poco pierden su valor. La clave está en siempre escribir como si fuésemos a cambiar el mundo con lo que decimos. Mantener la fe.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cien días contigo

En 100 días pueden pasar muchas cosas como puede no pasar nada. La campaña de Waterloo duró 100 días. Según Julio Verne, se podía dar la vuelta al mundo en menos que eso. El gobierno de Ollanta Humala va 100 días también y aún es difícil definir si se ha hecho mucho, poco o nada. Las promesas de campaña fueron varias, pero ¿cuáles se han cumplido? La aprobación de la ley de Consulta Previa y el inicio del programa Pensión 65, son algunas de las promesas cumplidas más celebradas. Sin embargo, la gente sigue esperando que el precio del gas disminuya y los cafetaleros de Cusco y Puno solicitan el apoyo ofrecido durante la campaña electoral.

Según la Defensoría del Pueblo, Alan García dejó el poder y, aproximadamente, 230 conflictos sociales latentes. Sin haber empezado, el período de Humala ya veía venir los problemas. Lo malo es que en estos 100 días, este gobierno ha encontrado sus propios problemas. Uno de sus primeros escándalos fue la muerte de tres menores en Cajamarca, quienes consumieron alimentos distribuidos por el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria. Se responsabilizó de esto al Ministerio de la Mujer y su representante, Aída García Naranjo. Poco tiempo después, una denuncia hecha por IDL- Reporteros pondría en evidencia la participación del segundo Vicepresidente de la República, Omar Chehade en un caso de corrupción. Para la BBC de Londres, este último sería el primer escándalo de Humala en el Perú. Pero, ¿sólo esto ha sido su gobierno?

Aparentemente no. Para el 16 de octubre del presente año (un día después de publicada la denuncia a Chehade), las encuestas revelaban un 62% de aprobación del actual presidente. Aunque aún no cumple todas sus promesas, evidentemente, la población siente que se preocupa por los pobres y promueve la inversión en el empleo. Entonces, a 100 días, ¿ha sido un buen o mal gobierno? El domingo pasado, durante la entrevista a Ollanta Humala en TvPerú a propósito de sus 100 primeros días, alguien dijo en Twitter: “en comparación con los otros Presidentes vivos este esta Deluxe”[sic].

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Batman, bailamos el alcatraz?

El mercado de flores era un hervidero, un hervidero multicolor. Flores por todos lados, gente por todos lados. A pocas cuadras, el Señor de los Milagros realizaba su último recorrido. Es feriado, el tiempo sobra, las horas discurren lentamente. Halloween ha dejado a Lima resaqueada. El Día de la Canción Criolla la ha dejado cansada de tanto bailar.


De pequeña, mi abuela materna nunca me dejó celebrar Halloween. Tampoco es que festejáramos muy emocionados la canción criolla. Son de esas creencias que las abuelas tienen, y no comprendemos hasta que somos abuelos también. Ella ya no está para prohibirme celebrarlo. De todas maneras, ya estoy bastante grande para pedir caramelos. Salir de fiesta tampoco era una opción. Este año debía dormir temprano para poder acompañar a mi abuela paterna al cementerio el Día de Todos los Muertos. Primero debíamos comprar flores. Flores para todos. Porque una vez alcanzados los 86 años, hemos visto morir y enterrar a muchas personas. Su memoria de elefante, recuerda donde está cada nicho, cada amigo, cada tío. Otra costumbre que no entenderé, hasta que sea abuela.


Como mi abuelita, varias otras personas en nuestro país tienen costumbres rituales el primero de noviembre. Es el Día de Todas los Santos. Algunos reciben el día en el cementerio. Luego llevan música a sus muertos. Si la situación se da, las cervezas pueden acompañar el festejo. Los peruanos celebramos todo. Sea Halloween, Día de la Canción Criolla o Día de Todos los Santos la ideología se deja de lado y el disfrute impera. Al fin y al cabo, son sólo pretextos para celebrar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Te has 'googleado' alguna vez?



El pasado 27 de octubre se llevó a cabo el XII Coloquio de Comunicaciones en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Decenas de estudiantes de las especialidades de publicidad, periodismo, comunicación audiovisual, artes escénicas y comunicación para el desarrollo asistieron a las actividades programadas durante la jornada. Se organizaron talleres según especialidad. Entre los correspondientes a periodismo resalta el taller de Social Media facilitado por Augusto Ayesta, comunicador .


Ayesta inició con una pregunta a los alumnos: “¿Alguna vez han buscado su nombre en Google?” Ante la negativa de algunos, el paso siguiente fue proponer a los participantes realizar la búsqueda de sus respectivos nombres. Los resultados dieron pie al tema central del taller: la reputación en la Internet. Toda persona o empresa tiene una imagen en la red que debe cuidar. “Lo que dices o dicen de ti en Internet ¡perdura!, aunque lo borres”, afirmó el ponente. La identidad se verá reflejada en tres componentes: “qué digo de mí mismo, que dicen los otros de mí, que dicen los buscadores(Google) sobre mi”. La buena noticia es que es posible controlar el contenido que aparece sobre uno mismo. Para eso existen herramientas como los dominios personales (por ejemplo, juanvasquez.com) y la regulación de la privacidad en las redes sociales. El mundo online permite construir nuestra identidad y hay que aprovechar esa posibilidad. Entonces, el relacionista público invitado brindó algunas recomendaciones para facilitar la tarea de “limpiar” o “construir” la reputación virtual. Primero, se debe saber que se dice de uno en la red. Para eso están disponibles aplicaciones, como el Google Reader que organizan la información nueva de las páginas que se seleccionan. También es importante tener un perfil profesional en algunas redes sociales (LinkedIn). El concurridísimo Facebook, debe ser utilizado con moderación y es recomendable manejar los niveles de privacidad de la cuenta.


Si se quiere mantener una buena imagen en el mundo online, Ayesta indicó algunas cosas que no deben hacerse. Hablar mal del empleador o centro de estudios podría dar la imagen de conflictivo o problemático. Aunque se tenga la posibilidad de construir una identidad, se debe ser modesto y no exagerar en talentos o capacidades. Por último, los perfiles creados en redes sociales deben ser eliminados si están en desuso. Así se evitará tener información desactualizada “flotando” en el ciberespacio.