miércoles, 30 de noviembre de 2011
¿Sigue siendo el rey?
¿Quién diría que este galanazo enamorador es ahora un señor regordete? Dicen que la altura de una persona disimula sus kilitos de más, pero en el caso de nuestro ex Presidente no le ayuda en nada. De repente porque son muchos kilos de más. El rostro joven y fresco, se ha escondido detrás de un rollito que se asoma por debajo de la barbilla (papada, le llaman). La sonrisa sigue ahí, aunque ni tan radiante ni tan amplia. El peinado es el mismo, pero cada vez más gris. Luego de su último mandato en el 2006, su barriguita no ha dejado de crecer. Sin embargo, en el fondo permanece la esencia del Alan que el Perú conoció en el ’85: un “caballo loco” que, entre el “teteo” y el perro del hortelano, no deja de sorprendernos.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Palabras, palabras, palabras
¿Qué se necesita para cambiar el mundo? ¿La posibilidad de escribir sobre lo que creemos o sabemos? ¿Es suficiente eso? Evidentemente, no es suficiente pero sí contribuye en gran medida. La historia nos ha demostrado que la palabra tiene poder. Por eso, el surgimiento de la imprenta fue acompañado de la censura. Por eso, periodistas y escritores han contribuido a cambiar el mundo con sus escritos. Por eso, antes solo los poderosos sabían leer y escribir. Creer que la palabra escrita tiene un poder innegable es la utopía de todo aquel que escribe y es leído por otros.
“La escritura sólo raras veces, en casos excepcionales, influye en la gente. Y, en el transcurso de la historia, no lo hace de forma directa, radical y de inmediato” diría Ryszard Kapuscinski. Lo importante es tenerle fe, porque los resultados no serán rápidos. Mucho menos en esta era en que la información viaja velozmente y las personas somos bombardeadas constantemente con palabras que poco a poco pierden su valor. La clave está en siempre escribir como si fuésemos a cambiar el mundo con lo que decimos. Mantener la fe.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Cien días contigo
miércoles, 9 de noviembre de 2011
¿Batman, bailamos el alcatraz?
De pequeña, mi abuela materna nunca me dejó celebrar Halloween. Tampoco es que festejáramos muy emocionados la canción criolla. Son de esas creencias que las abuelas tienen, y no comprendemos hasta que somos abuelos también. Ella ya no está para prohibirme celebrarlo. De todas maneras, ya estoy bastante grande para pedir caramelos. Salir de fiesta tampoco era una opción. Este año debía dormir temprano para poder acompañar a mi abuela paterna al cementerio el Día de Todos los Muertos. Primero debíamos comprar flores. Flores para todos. Porque una vez alcanzados los 86 años, hemos visto morir y enterrar a muchas personas. Su memoria de elefante, recuerda donde está cada nicho, cada amigo, cada tío. Otra costumbre que no entenderé, hasta que sea abuela.
Como mi abuelita, varias otras personas en nuestro país tienen costumbres rituales el primero de noviembre. Es el Día de Todas los Santos. Algunos reciben el día en el cementerio. Luego llevan música a sus muertos. Si la situación se da, las cervezas pueden acompañar el festejo. Los peruanos celebramos todo. Sea Halloween, Día de la Canción Criolla o Día de Todos los Santos la ideología se deja de lado y el disfrute impera. Al fin y al cabo, son sólo pretextos para celebrar.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
¿Te has 'googleado' alguna vez?
El pasado 27 de octubre se llevó a cabo el XII Coloquio de Comunicaciones en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Decenas de estudiantes de las especialidades de publicidad, periodismo, comunicación audiovisual, artes escénicas y comunicación para el desarrollo asistieron a las actividades programadas durante la jornada. Se organizaron talleres según especialidad. Entre los correspondientes a periodismo resalta el taller de Social Media facilitado por Augusto Ayesta, comunicador .
Ayesta inició con una pregunta a los alumnos: “¿Alguna vez han buscado su nombre en Google?” Ante la negativa de algunos, el paso siguiente fue proponer a los participantes realizar la búsqueda de sus respectivos nombres. Los resultados dieron pie al tema central del taller: la reputación en la Internet. Toda persona o empresa tiene una imagen en la red que debe cuidar. “Lo que dices o dicen de ti en Internet ¡perdura!, aunque lo borres”, afirmó el ponente. La identidad se verá reflejada en tres componentes: “qué digo de mí mismo, que dicen los otros de mí, que dicen los buscadores(Google) sobre mi”. La buena noticia es que es posible controlar el contenido que aparece sobre uno mismo. Para eso existen herramientas como los dominios personales (por ejemplo, juanvasquez.com) y la regulación de la privacidad en las redes sociales. El mundo online permite construir nuestra identidad y hay que aprovechar esa posibilidad. Entonces, el relacionista público invitado brindó algunas recomendaciones para facilitar la tarea de “limpiar” o “construir” la reputación virtual. Primero, se debe saber que se dice de uno en la red. Para eso están disponibles aplicaciones, como el Google Reader que organizan la información nueva de las páginas que se seleccionan. También es importante tener un perfil profesional en algunas redes sociales (LinkedIn). El concurridísimo Facebook, debe ser utilizado con moderación y es recomendable manejar los niveles de privacidad de la cuenta.
Si se quiere mantener una buena imagen en el mundo online, Ayesta indicó algunas cosas que no deben hacerse. Hablar mal del empleador o centro de estudios podría dar la imagen de conflictivo o problemático. Aunque se tenga la posibilidad de construir una identidad, se debe ser modesto y no exagerar en talentos o capacidades. Por último, los perfiles creados en redes sociales deben ser eliminados si están en desuso. Así se evitará tener información desactualizada “flotando” en el ciberespacio.